El acto de presentación del plan con 370 medidas que Pedro Sánchez hizo este martes podría haber sido más bien un acto de campaña. Bien sabemos (pero al parecer él no) que si se trata de conseguir “votantes” hay que acordarse de todos, porque se supone que un Gobierno mira más allá de sus colores y gobierna por y para TODOS los ciudadanos.

Pues bien, el sector del transporte de mercancías por carretera sigue siendo el eterno olvidado. Año tras año, las únicas medidas que plantea el Ejecutivo son para asfixiarnos, si es que, como ha ocurrido ahora con el PSOE, se plantea alguna.

370 propuestas no son pocas y, sin embargo, el PSOE, en su lucha por no repetir elecciones, no se acuerda en ningún momento de este sector que es fundamental para el funcionamiento de este país, omitiendo que genera alrededor de 600.000 puestos de trabajo y hace una contribución del 3.4% al PIB.

Una de las medidas que nos afectaría es la prohibición a partir de 2040 de la venta de vehículos de diésel o gasolina pero, cuando la patronal del sector de la automoción criticó con dureza esta medida, en el partido socialista se dieron cuenta del revuelo que se generaría, y se echaron para atrás enviando a los medios de comunicación el plan de propuestas con modificaciones en el apartado en el que se habla de esta medida. La palabra prohibición ya no aparecía y se anunciaban medidas para facilitar la reducción de las emisiones de los vehículos añadiendo el apunte “no más tarde de 2040” y anunciando que trabajarían en conjunto con el sector para conseguirlo. ¡Faltaría más! No les ha quedado más remedio.

Estos movimientos, tipo ‘globo sonda’, a los que ya nos tienen acostumbrados los gobiernos de turno, no generan más que desidia. Estamos de acuerdo en que hay que trabajar por reducir las emisiones. De hecho, las empresas de transporte por carretera ya lo están haciendo, invirtiendo, a pesar de las dificultades económicas que viven, en flotas de vehículos más sostenibles, pero el presidente debería saber que todo requiere esfuerzo y no solo por parte del resto, sino también por la del Gobierno.

Las empresas del transporte están cansadas de que ni siquiera se piense en su actividad. En un momento en el que faltan conductores y una considerable mejora del marco normativo en materia de transporte y logística, el descontento es la tónica general y las empresas necesitan que les den el empuje suficiente para seguir llevando a cabo una actividad esencial para el día a día de los ciudadanos, porque, a menudo,  los altos cargos y gobernantes de este país se olvidan de que la ropa que llevan, la comida de la que disfrutan y un largo etcétera, no han llegado hasta allí por arte de magia, sino que lo ha hecho gracias al trabajo y el esfuerzo de las empresas del transporte de mercancías por carretera y sus trabajadores.

Tampoco se acuerdan de que el transporte es un sector estratégico para el desarrollo de las actividades de otras empresas como el comercio, el turismo o la industria, por nombrar solo a las más importantes. Por tanto, ¿cómo puede un gobierno olvidarse de algo tan primordial?

Quizás es que ya han tomado por costumbre no tenernos en cuenta y eso no vamos a permitírselo. Seguramente a muchos les haríamos la vida más fácil si nos quedáramos callados, si dejáramos que la tónica siempre fuera la misma, pero no vamos a hacerlo. El sector debe estar más unido que nunca y desde la CETM no dejaremos de trabajar para que se tomen medidas que mejoren las condiciones del transporte de mercancías por carretera.

Así que señor presidente, háganos un favor (y de paso, hágaselo a toda la economía española) y anote en su agenda, en su plan de medidas progresistas o donde usted buenamente pueda, que tiene pendiente acordarse de nosotros. Si está muy ocupado con las negociaciones, pídaselo a alguno de los 330 cargos que ha colocado en los últimos diez meses. Pero si no, cuando hartos de esta situación nos movilicemos, no venga a pedirnos hueco en la nuestra.