Este jueves la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha celebrado una Asamblea General Extraordinaria para la aprobación de cuentas y, aprovechando la coyuntura actual, se ha analizado la convocatoria de paro prevista para los días 20, 21 y 22 de diciembre, llegando a las siguientes conclusiones:

En primer lugar, que la situación que llevó al Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) a convocar esta movilización continúa siendo la misma. Las empresas del sector tienen que hacer frente a una fuerte subida de los costes (especialmente el carburante) que luego no pueden repercutir en sus clientes ante la falta de herramientas jurídicas para ello (cláusula del gasóleo obligatoria) y la clara posición de dominio de dichos clientes que, en algunos casos, incluso amenazan con rebajar los precios. Además, nuestros profesionales siguen soportando tiempos de espera desorbitados y tienen que realizar las labores de carga y descarga. Del mismo modo, otras cuestiones, como la posible imposición de peajes, la desaparición del gasóleo profesional o la falta de la devolución de los 200 millones del céntimo sanitario ponen en peligro la viabilidad de nuestras empresas y, en consecuencia, la recuperación de la economía española.

En segundo lugar, la CETM a través del CNTC mantiene el talante negociador, aunque por el momento no hay prevista una próxima reunión y se está a la espera de recibir una propuesta por escrito del Gobierno que concrete y detalle su contenido para poder lograr algún avance.

Por último, durante la Asamblea se ha acordado por unanimidad que el cese de actividad se mantiene. Lejos de las últimas declaraciones realizadas por la secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera, o de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que auguran que no habrá paro, la realidad es muy distinta.