El Parlamento Europeo y el Consejo llegaron a un acuerdo provisional la semana pasada para simplificar los procedimientos en la concesión de permisos de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), con el objetivo de reducir la carga administrativa y los plazos de entrega.

 

Gracias a este acuerdo, se facilitarán también otros procedimientos administrativos para proyectos de infraestructuras y mejorará la cooperación entre los Estados miembro de la Unión Europea. Los Representantes Permanentes de los Estados miembros (Coreper) han aprobado las normas para acelerar la optimización del transporte, que se integran en la propuesta ‘RTE-T Inteligente’, y que el Consejo Europeo plasmará en una Directiva y no en un Reglamento.

 

Dicha Directiva abarcará proyectos que formen parte de secciones predeterminadas de la red básica de la RTE-T y también se podrá aplicar a otros proyectos relativos a los corredores cuyo coste total sea superior a 300 millones de euros.

 

Con el fin de aumentar la eficacia y la transparencia, los Estados deberán designar una autoridad que actúe como punto de contacto para el promotor de cada proyecto y esta figura será la encargada de facilitar las indicaciones necesarias en cuanto a la presentación de documentos y otra información. La totalidad del proceso de concesión de autorizaciones no excederá un plazo de cuatro años, aunque dicho plazo se podrá prorrogar hasta dos veces en casos justificados.

 

La Red Central RTE-T,  una realidad en 2030

 

La Dirección General de Movilidad de la Comisión Europea ha publicado una declaración de los nueve coordinadores europeos para los corredores de la red central en el que destacan que la finalización de la RTE-T es “indispensable”, sobre todo para lograr los objetivos del Acuerdo Verde Europeo, ya que es necesaria una infraestructura de calidad que permita alternativas de transporte sostenibles.

 

Todos los Estados miembros se han comprometido a realizar la Red Central RTE-T para 2030. Esto implica que, por delante, deberán aportar soluciones para acabar con los cuellos de botella y crear enlaces donde las conexiones transfronterizas son prácticamente inexistentes.

 

Por otra parte, los coordinadores señalan que el apoyo financiero de la UE será decisivo para que salgan adelante proyectos innovadores, tanto para el transporte de viajeros como para mercancías. Además, en su escrito declaran el buen funcionamiento de los ocho proyectos RTE-T auditados por el Tribunal de Cuentas Europeo y destacan el papel fundamental que juegan en la red de transporte europea.