A principios del mes de julio, la Comisión Europea presentó su nueva estrategia sobre el hidrógeno bajo un plan denominado: “Impulsar una economía neutral en clima: una estrategia de la UE para la integración del sistema energético” y la comunicación adjunta “Una estrategia de hidrógeno para una Europa climáticamente neutral”.

 

En la búsqueda del cumplimiento del objetivo de ser “climaticamente neutral” en el año 2050, la Comisión Europea pretende que los Estados miembro transformen su sistema energético para dejar de producir el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr que el sector energético sea “más eficiente e interconectado”.

 

De esta manera la CE ha establecido la Alianza Europea de Hidrógeno Limpio, en línea con el fondo de recuperación ‘Next Generation EU’ y el Pacto Verde Europeo, con la que pretende reunir a los líderes de la industria y al Banco Europeo de Inversiones para desarrollar acuerdos que permitan ampliar la producción de hidrógeno limpio y apoyar la demanda en la UE.

 

El hidrógeno se establece como una alternativa para aquellos sectores que no son adecuados para la electrificación, desarrollando el hidrógeno renovable utilizando principalmente la energía eólica y solar. En cuanto al transporte de mercancías por carretera, esta alianza se ve como una solución para el sector a largo plazo, ya que la electrificación no es factible ahora mismo en distancias más largas.

 

Se ha establecido un enfoque por fases para llevar a cabo esta estrategia:

 

  • De 2020 a 2024: con la instalación de al menos seis gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable en la UE y la producción de hasta un millón de toneladas de hidrógeno renovable.

 

  • De 2025 a 2030: con el objetivo de lograr que el hidrógeno se convierta en una parte intrínseca de nuestro sistema energético integrado, con al menos cuarenta gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable y la producción de hasta diez millones de toneladas de hidrógeno renovable en la UE.

 

  • De 2030 a 2050: etapa en la que se espera que las tecnologías del hidrógeno renovable alcancen la madurez y se desplieguen a gran escala en todos los sectores de difícil descarbonización.

 

Para centrar el apoyo en las tecnologías más limpias disponibles, la Comisión procurará introducir normas, terminología y certificación comunes, tomando como base las emisiones de carbono a lo largo del ciclo de vida y la legislación vigente en materia de clima y energía. Además,  propondrá medidas estratégicas y reglamentarias para crear seguridad para los inversores, facilitar la adopción del hidrógeno, promover las infraestructuras y las redes logísticas necesarias, adaptar los instrumentos de planificación de infraestructuras y apoyar las inversiones, en particular a través del plan de recuperación ‘Next Generation EU’.

 

Integración del sistema energético

 

La Comisión Europea considera que en la actualidad el consumo de energía en el transporte, la industria, el gas y los edificios se está produciendo en “compartimentos separados”, cada uno de ellos con cadenas de valor, normas, infraestructuras, planificación y operaciones separadas, y de esta manera no se puede lograr la neutralidad climática de aquí a 2050 de manera rentable.

 

Por ello, su intención es que con la integración del sistema energético, el sistema se planifique y se gestionen en su conjunto, uniendo los diferentes vectores energéticos, infraestructuras y sectores de consumo, De esta manera, la institución europea pretende que, mediante un sistema más conectado, se logre mayor eficiencia y una reducción de costes para la sociedad.  Pone como ejemplo un sistema en el que la electricidad que alimente los automóviles de Europa pudiera proceder de paneles solares en nuestros tejados, mientras que se mantendría la temperatura en los edificios con el calor de una fábrica cercana y la fábrica se alimentaría de hidrógeno limpio producido a partir de energía eólica marina.

 

Los pilares fundamentales de esta estrategia son:

 

  • UN SISTEMA ENERGÉTICO MÁS CIRCULAR: Aplicar el principio de “la eficiencia energética primero” y utilizar las fuentes de energía de manera más eficaz en los edificios y comunidades. Además, reutilizar el calor residual procedente de instalaciones industriales, de centros de datos o de otras fuentes, y de energía producida a partir de biorresiduos o de plantas de tratamiento de aguas residuales.

 

  • MAYOR ELECTRIFICACIÓN DIRECTA EN LOS SECTORES DE USO FINAL: la Comisión aboga por utilizar cada vez más la electricidad, tanto en los edificios, industrias o mediante vehículos eléctricos y la expansión de la energía solar y eólica.

 

  • PROMOVER COMBUSTIBLES LIMPIOS EN LOS SECTORES EN LOS QUE ES DIFÍCIL LA ELECTRIFICACIÓN: como el hidrógeno renovable, los biocarburantes y el biogás sostenibles. Además, la Comisión propondrá un nuevo sistema de clasificación y certificación para los combustibles renovables y con bajas emisiones de carbono.

 

En su conjunto, la nueva estrategia de la UE establece 38 acciones enfocadas a crear un sistema energético más integrado entre las que se incluyen la revisión de la legislación vigente, el apoyo financiero, la investigación y el despliegue de nuevas tecnologías y herramientas digitales, las orientaciones para los Estados miembros sobre medidas fiscales y la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles, la reforma de la gobernanza del mercado y la planificación de las infraestructuras, así como una mejor información a los consumidores.