Al transporte de mercancías por carretera le ha tocado ser –en esta pandemia- protagonista en segunda línea. Justo detrás de los sanitarios a los que abastecemos de todo aquello que necesitan para esta lucha que vamos a ganar, y hombro con hombro, también de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, de los agricultores y ganaderos, de los empleados de supermercados, farmacias y laboratorios, de los equipos de limpieza y seguridad, etc., que tanto están haciendo para que volvamos a la normalidad lo antes posible.

 

Lamentablemente, a todos estos profesionales también les une la falta de material de protección adecuado para no contagiarse mientras desarrollan unas actividades esenciales para combatir esta pandemia.

 

El punto de partida de las reclamaciones del sector del transporte se encuentra en la falta de previsión exhibida por el Gobierno que, a pesar de que el contagio no estaba controlado desde primeros de febrero, no fue hasta el pasado 14 de marzo cuando se decretó el Estado de Alarma.

 

Hubo que esperar hasta el 20 de marzo que anunciara la compra del material de protección que necesitan los profesionales del transporte para realizar su trabajo con las mínimas condiciones de seguridad. Hoy, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha publicado en el BOE las instrucciones para la distribución de las mascarillas, cuya complejidad no augura que vaya a hacerse, ni mucho menos, con la urgencia que necesitamos. La única realidad, 14 días después de que José Luis Ábalos nos prometiera cuatro millones de mascarillas, es que seguimos preguntándonos dónde están y por qué tardan tanto en llegar y, lo que es peor, con la incertidumbre de que nadie del Gobierno sea capaz de darnos la más mínima respuesta. Inaudito.

 

Es inconcebible que, casi tres semanas después de decretarse el Estado de Alarma y de que el transporte se considere como una actividad esencial para solventar esta crisis, nuestros conductores sigan acudiendo, cada día, a cargar y descargar las mercancías sin disponer de las medidas de protección personal que necesitan, no solo para protegerles estando tan expuestos, si no para que puedan seguir cumpliendo con su trabajo: garantizar el suministro de todo lo que se necesita para vivir.

 

Desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) reclamamos al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que nos facilite, sin pretextos y con carácter inmediato, el material de protección que necesitamos. El Gobierno y la sociedad deben saber que estamos al límite. Nuestros conductores, que están manteniendo un comportamiento ejemplar, no pueden aguantar más tiempo sin protección a sabiendas de que pueden contagiarse en cualquier momento.

 

Todo el sector del transporte de mercancías es un clamor y su indignación contra el Gobierno crece por momentos. Cada día atendemos miles de llamadas de empresarios y conductores desesperados por la falta de empatía y compromiso de un ejecutivo que no entiende que necesitamos protección para seguir trabajando y que no falte de nada.

 

Lo hemos repetido cien veces: no queremos ser alarmistas, pero nos estamos jugando el sostenimiento de la cadena de suministro. Si esta se desploma, no podremos hacer frente a esta pandemia porque, sin transporte, peligrará la salud de todos.